“El cubrebocas es el condón de nuestra generación”, aseguró Brian Castrucci, presidente de la organización de promoción de la salud sin fines de lucro Beaumont Foundation, de acuerdo con una entrevista con The Atlantic.



El experto en políticas públicas de salud señaló que el uso del cubrebocas o caretas tendrá que utilizarse durante un periodo prolongado de tiempo debido a la ausencia de tratamientos efectivos o vacunas contra el Covid-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.



Cuando surgió la epidemia del VIH, el uso del condón era poco generalizado, sin embargo con el tiempo se convirtió en un estándar para las relaciones sexuales seguras, algo similar ocurrirá con el uso de caretas o cubrebocas, señaló el experto.



Al inicio de la pandemia, el uso de caretas era visto como una sobre reacción ridícula, pero ahora los padres de familia se las están dando a los niños, los meseros las están utilizando, y en diversos sectores como el transporte público son ya parte de una etiqueta obligatoria.



Ben Cowling, jefe de epidemiología de la Universidad de Hong Kong, señala el artículo, es uno de los científicos que recomienda el uso de cubrebocas o caretas en el transporte público y áreas congestionadas, incluso después de que se reduzcan las tasas de contagio.



Otro testimonio, de la experta en cuidados primarios Trisha Greenhalg, de la Universidad de Oxford, consideró que los cubrebocas y caretas deberán seguir usándose hasta que dejen de ocurrido casos nuevos, un objetivo que aún está lejos de cumplirse.



La desventaja de los cubrebocas y caretas es que aumenta la dificultad de las interacciones sociales al ocultar partes de la cara, y esta ambigüedad podría incrementarse conforme se regrese a las actividades cotidianas.



Los expertos consideran que existen posibilidades de que se usen en mayor medida diferentes protecciones faciales que no escondan el rostro, o bien que cambien algunas de las normas de comunicación, posiblemente de manera permanente.