Lavan de techo a piso todo el hospital, cubículos, bancas; levantan y desechan residuos peligrosos y contagiosos; lavan camillas, sanitizan; limpian y desinfectan todo el material con el que un paciente con Covid-19 está en contacto.
Se trata de los auxiliares de limpieza e higiene del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que también están en la primera línea de batalla contra el coronavirus y el resto de las enfermedades que existen en un hospital.
En una entrevista con 24 HORAS, una de las trabajadoras del IMSS, narró cómo es un día de trabajo, el estrés al que están sometidos, la falta de equipo de protección de buena calidad, la desatención económica en sus centros de trabajo y la forma en que ha cambiado su vida profesional y personal.
“El estrés es muy alto, todos estamos estresados, el ambiente se siente pesado, estamos tristes porque estamos viendo caer a compañeros y está el problema económico, que también nos está pegando fuerte en nuestras familias porque muchas de nuestras parejas están sin trabajar y la loquera de la gente que ataca al personal”, comentó.
“Corremos el mismo riesgo”
En el Hospital General de Zona No. 57 del IMSS, del Estado de México, al menos 26 personas están encargadas de mantener limpios los cinco pisos de la torre de hospitalización, el área de quirófanos, el área de urgencias y ahora también, el área de pacientes con sospecha alta de Covid-19.
La mujer refirió que a pesar de que la dirección general de Instituto anunció que se otorgaría un bono a quienes están en contacto con pacientes y en áreas Covid-19, hasta el momento dicho apoyo no se ha visto reflejado en su quincena ni en la de sus compañeros.
“Corremos el mismo riesgo que los médicos y enfermeras, nosotros tenemos que lavar y desinfectar camillas, la zona de aislados, recoger todo el material médico que tiran las enfermeras sin saber el tipo de virus que puede llevar, depositarlo en contenedores especiales y sanitizar las áreas”, explicó.
Detalló que la limpieza de las áreas se tiene que hacer en tres pasos: lavar con agua y jabón, una vez que se retira y enjuaga se pone cloro y se deja actuar por 30 segundos, se retira y se sanitiza de techo a piso.
Materiales propios
Asimismo, informó que a pesar de que sí cuentan con los insumos de protección, éstos son de muy mala calidad, “los cubrebocas que nos dan se rompen y las mascarillas KN95 no cuentan con certificación, muchas han salido con hoyos y así no las podemos usar”, es por ello que algunos llevan su propio cubrebocas y se protegen con caretas que les fueron donadas.
Detalló que en las zonas Covid, el trabajo se complica aún más porque tienen que protegerse con equipo especial (bata desechable e impermeable, gorro desechable, guantes de látex, un par de botas desechables, una mascarilla N95 o KN95, goggles y careta) lo que en ocasiones genera molestias al traerlo puesto por ocho horas seguidas, tales como dolor de cabeza o falta de aire.
No obstante, aclaró que en el caso de las enfermeras que están en zonas Covid, se organizan dos turnos de cuatro horas para evitar las molestias y que puedan ir por alimentos y al baño.
De esa manera, pidió a las autoridades que les doten material de protección de buena calidad y con ello lograr minimizar el riesgo de contagio ante su exposición con pacientes infectados.
LEG