¿Por quién van las juventudes?

 

Si algo faltaba para darle bríos a la campaña de Claudia Sheinbaum ya sucedió a 11 días de la cita comicial. Miles de personas jóvenes abarrotaron el día 23 calles de la ciudad de México y 33 más, durante el Día de la y el estudiante. “Es aquí, es ahora, es con la doctora”, corearon en la caminata que vino a inyectar de energía la contienda.
Me recordó la vez cuando, en 1987, estudiantes de la UAM Iztapalapa acudimos a apoyar en el zócalo una marcha del Consejo Estudiantil Universitario. O el mitin de Ciudad Universitaria, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas y Heberto Castillo un año después. En las movilizaciones del CEU estaba Sheinbaum (CS) quien, si otra cosa no sucede, el 2 de junio ganará las elecciones.
Las juventudes se manifestaron ahora, alegres y rebeldes contra el viejo sistema bajo los hashtags: #ClaudiaPresidentaDeMéxico y #YoMarchoPorLaPrimera, con una enorme manta que decía: “Las juventudes somos el motor de la transformación”. Las imágenes de la irrupción juvenil no mienten: cantando, coreando, saltando, gritando y ondeando banderas, sin esconder su preferencia tras un falso apartidismo, “marea rosa” o en la “sociedad civil”.
En el país tenemos más de 26 millones de personas jóvenes de entre 18 y 29 años, por lo que beneficiarse de este pastel electoral - que representa un poco más del 25 por ciento de la lista nominal que rebasa los 98 millones, de los cuales 3.5 millones votarían por primera vez- es uno de los objetivos de coaliciones y partidos.
Si alguien cree que Jorge Álvarez Máynez va a captar este sufragio está equivocado, aunque estudios demoscópicos le den un porcentaje nada despreciable. El abanderado de Movimiento Ciudadano vino a quitarle votos que le hacen falta a Xóchitl Gálvez (XG), pero ni así le alcanzaría. La única que cuenta con propuestas destinadas a mejorar la situación de este sector es Claudia. Como el incremento gradual a las becas de estudiantes de posgrado, por poner un ejemplo.
Encuestas de Mitofsky y El Financiero dan a Sheinbaum 60 a 72 por ciento de intención del voto juvenil. En los simulacros realizados en universidades, igual resultó ganadora con un 65 %. Su perfil como investigadora, profesora de la UNAM, doctora en energía, jefa de gobierno y probada militancia de izquierda, otorgan certeza para votar por ella.
Entre los adultos mayores las preferencias están ligadas indiscutiblemente a los beneficios sociales que les ha otorgado López Obrador, quien conduce el país con una economía estable. De ahí que la disputa en estas horas finales esté centrada en el rango de los 30 a los 60 años, que no es cosa menor.
Pero si nos atenemos al promedio de las encuestas, Claudia ganaría con holgura a la aspirante del conservadurismo que desde septiembre nunca creció. Donde existe una competencia más cerrada es en la capital del país, pero confío en que Clara Brugada – también egresada de nuestra querida UAM Iztapalapa- derrote al “cártel inmobiliario”.
Si la jornada del 2 de junio es un referéndum sobre el desempeño de López Obrador, por más que se esmeren la clase media alta, empresarios, medios de comunicación, ministros de culto y del poder judicial, no les alcanza para derrotar en el imaginario colectivo a quien como líder cuenta con cerca del 70 por ciento de apoyo popular. Quien piense que AMLO no estará en la boleta está doblemente equivocado. La convicción de que estamos ante uno de los mejores presidentes de este siglo y la mitad del anterior proporciona el empuje que les falta para triunfar a muchas candidatas y candidatos a todos los cargos. Sin esta “presencia” difícilmente ganarían, incluyendo a “chapulines” y arribistas que se colaron para hacer causa común con el Plan C.
Una tragedia envolvió a Movimiento Ciudadano esta semana, como se expresó lamentablemente en el derrumbe de un templete en San Pedro Garza García, Nuevo León, que acabó con la vida de 9 personas y dejó lesionadas a decenas. Es el riesgo de los eventos masivos, combinados ahora con efectos del clima.
Quien encabeza amplias concentraciones, es la doctora, contrario a XG, quien no se despega de la radio, televisión y las redes sociales, alimentando un discurso de odio y mentiras, apelando al resentimiento político más que a defender un proyecto de nación que nunca pudo presentar. Asumir la contienda como un pleito de cantina y vodevil, le lleva a una derrota estrepitosa.
Y aunque acusen falsamente a Claudia de “narco candidata”, “asesina”, “atea” y “comunista” no podrán mover a un elector que ya tiene definida su preferencia. Así de claro: ¡Que vivan los estudiantes!
@ernestoreyes14